RAQUEL, mi hija.
¡Sorpresa! No soy Pepe Herrero, si no su hija, Raquel. Y la sorpresa va a ser para mucha gente de mi entorno que no se espera que yo escriba aquí porque nunca lo he hecho y cada vez que mi padre ha subido una foto mía, me he muerto de vergüenza. Quienes me conocen saben que soy más de pasar desapercibida.
Esta tercera parte iba a tratar sobre como se siente mi padre. Ha empezado mil veces y lo ha terminado borrando. Así que bueno, voy a hablar yo en primera persona como candidata de dos años, porque sea lo que siente mi padre, es por lo que ha vivido a través de mi.
Antes de nada, me gustaría que supierais que soy una “friki” de las Fallas. De monumentos, de indumentaria… Pero desde bien pequeña he admirado la figura de las Cortes y FFMMV. De ahí todo mi respeto a cada una de ellas. A algunas he podido conocerlas, otras las considero amigas y a otras las admiro porque han vivido el sueño de muchas falleras que como yo, siempre ha soñado con llegar a lo más alto. Sin ser nunca de una falla muy conocida o de un sector con renombre, más bien de barrio y de la periferia e incluso de pueblo, he anhelado poder alcanzarlo. Pero a veces llegar a ser princesa es solo un cuento que te montas en tu cabeza con 10 años y nunca se llega a hacer realidad.
He leído muchas cosas estos días y muchas conclusiones de personas que se han ido por las ramas o no se han quedado con la esencia tan simple de lo que mi padre escribió el primer día.
El resumen perfecto es que sería interesante que el mundo fallero (y peinetero) se replanteara el proceso de elección de las Cortes y FFMMV, sin poner en duda ni la labor de los jurados ni entrar en la cuestión de quién es merecedora de llegar ahí y quién no. Me refiero, no es una oposición. Los requisitos son subjetivos y dependen del jurado de cada año, y salen las que el jurado piensa que debe salir… O en teoría es así, ¿no? Pues todas están perfectamente elegidas. Bien, pues lo que yo creo, y es algo en que coincidimos muchas chicas que no hemos llegado (y algunas que sí) al objetivo, es que no vemos la necesidad de hacer determinadas pruebas, si luego se van a basar en otros baremos a la hora de elegir a las chicas. Porque todas nos hacemos ilusiones, nos esforzamos en hacerlo bien, en demostrar quienes somos… Pero luego nada de eso cuenta. (Y aquí cada uno es libre de pensar, imaginar o intuir cuales pueden ser esos baremos, pero no es lo que yo pongo en cuestión. A veces “ser hija o sobrina de” te cierra como te abre las puertas, pero eso pasa en cualquier ámbito de la vida y ya que las Fallas son un reflejo de ella, aquí no iba a ser menos).
¿Qué voy a decir yo? Ojalá no se mirase el árbol genealógico, ni para bien ni para mal. Ojalá a las chicas se las valorara a ellas mismas por ellas mismas. Porque Valencia se ha perdido falleras brutales, chicas increíbles, mujeres inteligentísimas y preparadísimas por haber tenido un apellido, o por no haberlo tenido. Se mire como se mire, es injusto.
También sé que cada año se puede sacar mas de una corte, o chicas que se quedan sentadas en su sector injustamente… Y un largo etcétera. Y en este punto es donde me gustaría que se iniciara la reflexión. Desde la base. Tanto para mayores como para infantiles. No tengo la solución. Ojalá. Pero sería interesante que se hablase de este tema y se pensara formas para que al menos, las chicas que no salgan, no se sientan absurdas y piensen que se ha jugado con su ilusión.
Desde estas líneas me gustaría agradecer a esa cantidad tan grande de personas que durante las pruebas y después de la Fonteta nos ha escrito por todos los medios posibles. GRACIAS por vuestras palabras de apoyo y cariño. Yo, personalmente, me quedo con ese calor de la gente y porque, como dije en uno de mis discursos en una de las pruebas de este año: “Las Fallas son la excusa perfecta para conocer gente”. Gente igual o diferente a nosotros mismos, que nos aporte cosas nuevas, que nos saquen de nuestro punto de vista y nos conduzcan a la reflexión, para mi la única forma de mejorar y seguir avanzando tanto a nivel fallero como a nivel personal. Siempre con tolerancia al que no piense igual, con respeto y sobretodo con mucha empatía.
Y me paro en EMPATÍA. Para todos los que pensáis que este debate es fruto del odio, de la rabia, una pataleta, despecho… Os pido empatía y no solo para mi o mi familia. Si no porque todas las chicas que no hemos salido durante tantos años y hablamos de este tema, lo hacemos después de haber vivido una experiencia en primera persona. Pero nuestras vidas no acaban con esto. Y nuestras vidas falleras menos. Pero esa clase de comentarios y prejuicios hacia las "despechadas" son los que hacen que las chicas tengamos miedo a hablar y contar nuestra experiencia sin ser tachadas de nada, por lo tanto es algo que nos impide avanzar y seguir haciendo más grande nuestra fiesta.
Personalmente me quedan muchos sueños por cumplir y este era solo uno más. (Me voy a seguir peinando de fallera yo sola y peinando a quién me lo pida, me encantaría diseñar el manto de la Virgen para la Ofrenda, quiero llegar a bailar nuestros bailes como esos profesionales que tenemos y más poder hacerlo en la plaza de la Virgen, a veces sueño con plantar mi propia falla o por ejemplo, me encantaría poder desarrollar mi Trabajo Final de Máster que es una propuesta de que se incluya el estudio de una falla en secundaria, para que los alumnos desde bien pronto pongan en valor este oficio autóctono, cuando en marzo vean la ciudad llena de nuestro Arte e incluso se enamoren un poquito más como lo estamos ya muchos). A veces solo se trata de relativizar la vida y las Fallas.
A los que pensáis que sí, ¿creéis de verdad que una fallera de naixement, de las de verdad, se le van las ganas de seguir siéndolo después de no haber salido de la corte?
Mi padre habla de muchos temas. Se caracteriza por usar su altavoz para hablar por los que no lo tienen y eso a veces no es del agrado de todo el mundo. Y después de este tema que hemos vivido en primera persona… Yo solo me siento AGRADECIDA de las amigas que me llevo de la experiencia del 2015 y del 2019. Y porque he podido vivir otro de mis sueños que ha sido el de ser FM este año.
Pero no dejo de hacerme una pregunta: ¿Qué clase de fiesta queremos ser si, para optar a un puesto de representación, algunas personas ven como ventaja o sobretodo como “inconveniente” a la persona que te ha dado la vida? ¿Cómo puede llegar a ser un estorbo la persona que te ha dado la vida? Es muy fuerte.
Pues desde aquí, papá, eres mi “inconveniente” preferido. Porque gracias a ti y tu trabajo amamos aún más las Fallas en casa, las respetamos todavía más aunque algunos piensen lo contrario, porque las conocemos desde dentro y sobretodo las conocemos a pie de calle y no solo las de Valencia ciudad. Porque me siento una afortunada de la vida yendo las noches previas a la plantà por las fallas de Especial, de Primera A… Y de otras muchas secciones visitando a los artistas. Porque me sigo sintiendo una privilegiada porque todo un Monterrubio me explicase a pie de falla su inspiración, su técnica, la coherencia, la narrativa de su obra. Porque pasé mis primeros minutos con 24 años en el balcón del Ayuntamiento junto a la corte viendo el castillo de esa noche. Y así podría seguir unos cuantos días. Pero creo que ya he soltado bastante rollo.
Somos unos afortunados de vivir gracias a la mejor fiesta del mundo. Y ojalá podamos, entre todos, mejorarla aún más.