Te conocí en una mañana de lucha fallera en tu demarcación
cuando no te permitían poner las luces, febrero de 2007.
Nuestra relación a partir de entonces fue continuada.
Nos agradeciste aquella dedicación apoyando a una emisora 100%
fallera que comenzó unos meses atrás.
Tu apoyo hizo pensar a más de uno que te habías quedado la
emisora, nos reíamos de esto cuando nos veíamos, pero lo que no sabían es que
tu querías tanto a las fallas que la apoyabas incondicionalmente. Por eso en
momentos difíciles ahí estuviste para que el programa siguiera.
Tu espacio "La radiografía de las fallas" con la melodía de "Libertad, libertad" de fondo aún sigue siendo recordado. Había quien me contaba que estaban con los coches aparcados en la puerta de casa y no subían hasta que no acababas. Querían escucharte. Marcaste una época.
Los impedimentos que hicieron que cerrara Música y Fallas Radio no pudiste con
ellos, pero no pudieron con el programa el cual aún seguías apoyando.
Nuestra relación se fue espaciando pero no desapareció. Cuando
más hablamos últimamente fue en la elección de la fallera mayor infantil de
Valencia. Ya me decías que para lo que te quedaba esperabas que te dieran una
alegría. Yo no quería creerte.
Pero era cierto, te quedaba poco. La última vez que hablamos
te dije que pasaría a verte, pero se nos echaron las fallas encima y no pasé. Ciertamente
no pensaba que fuera tan inminente.
Nos ha quedado nuestra última conversación pendiente. Cuando
el destino quiera la tendremos. De momento me quedaré con tu recuerdo y tus
sabios consejos, bien entendidos por unos y no tanto por otros.
Espero que nadie olvide que el gran creador de las “luces de
Ruzafa” fuiste tú. Lo que hoy sería impensable no ver en fallas lo iniciaste tú,
siguiendo la estela de tus vecinos de falla Cuba-Puerto Rico y dándole otra
dimensión a la iluminación de las fallas de tu querido barrio.
Ningún fallero ha conseguido en las fallas lo que tú, primer premio de Especial, tu hija fallera mayor infantil de Valencia, tu gran amiga Vanesa fallera mayor de Valencia, tantos primeros premios de luces seguidos... un bagaje difícil de igualar con un profundo conocimiento de las fallas y tu habilidad de negociación en cualquier campo.
Se te quería o no, no tenías término medio. No pasabas
desapercibido.
Defendías lo tuyo con una vehemencia que rallaba la
insolencia, pero con nobleza.
Bernardo, ahora estarás acompañando a grandes amigos como
Pepe Chiralt o Mª Angeles González Gudino. Seguro que estáis hablando de
fallas.
Esas fallas que tanto queréis y que os pedimos que cuidéis
desde arriba, porque aquí abajo ya sabéis como estamos.
Gran fallero, gran persona, gran padre, gran esposo, gran abuelo, gran
amigo de tus amigos. Solo había que conocerte. Yo tuve la suerte.
¡Hasta siempre Bernardo Morosoli!
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