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jueves, 10 de octubre de 2013

Resaca del 9 de Octubre.



El artículo 4 del TITULO PRELIMINAR del Reglamento Fallero de Junta Central Fallera dice esto:

4. En el respeto y cumplimiento de lo dispuesto por la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, así como del ordenamiento normativo dimanante, las Fallas Valencianas, en razón de su propia tradición, declaran su firme compromiso en la defensa de la indiscutible y diferenciada personalidad del pueblo valenciano, así como de sus señas de identidad.

Solamente este artículo nos indica que debemos de defender la diferenciada personalidad del pueblo valenciano alejada de cualquier otra personalidad vecina y debemos defender las señas de identidad, que son el "Idioma valenciano" (No el de la AVL pues ese no es del todo valenciano, tiene injerencias, políticamente interesadas, claramente catalanas) la Real Señera Coronada (no la cuatribarrada y mucho menos la estelada), el Himno Regional (No la moixeranga, aunque es una gran pieza valenciana que utilizan los catalanistas para intentar contrarrestar el Himno Regional) y que nos llamemos Comunidad, Reino, etc. pero nunca país y menos como parte de països, entre otros detalles.

Una vez explicado esto digo que las fallas debemos de trabajar en ese sentido y así lo intentamos desde el programa Nuestras Fallas por mucho que nos tachen de "hablar de política" cuando nunca es así. Solo de tradiciones y señas de identidad puramente valencianas. Y nosotros, un programa fallero, defendemos esas señas de identidad.

Por eso quiero opinar brevemente de lo que ayer sentí y me llegó.

Por una parte el valencianismo es creciente, pero de una forma diseminada y demasiado separada entre si. Pienso que es hora de empezar a acometer un proyecto conjunto que lleve a contrarrestar la posibilidad de un tripartito amante de las señas norteñas como ayer vimos, pues varios dirigentes por la mañana querían llevar la Real Señera y por la tarde acompañan a las cuatribarradas y esteladas en la manifestación panca y eso puede llevar a que si las encuestas que se publican les dan mayoría, los dirigentes nos pueden convertir en un satélite catalán con la permisividad total de los tres que se aventuran, PSPV, Compromís y EU quienes, visto lo visto, babean con el catalanismo más extremo. A las muestras me remito.

Y, por otra parte, vemos que el PP solo levanta la bandera del valencianismo de puertas para fuera sin tener en cuenta la verdadera voluntad popular y no tiene ninguna intención de abolir la trágica AVL (trágica para el valencianismo) y mucho menos deshacer la maraña que se ha tejido en la docencia desde la Consellería de Cultura y otras entidades (casi todas, los pancas han invadido las instituciones, sobre todo cultarales junto a colegios, institutos y universidades incluso me atrevería a decir que Junta Central Fallera).

Aunque a veces pienso que no estaría mal que el tripartito mandara una legislatura para que se quitaran la máscaras ambiguas que haría que los valencianos reaccionáramos y por fin se hiciera lo que desde hace tiempo que la sociedad valenciana demanda, unos partidos realmente valencianistas donde sus dirigentes pusieran por delante el bien común en lugar del lucimiento personal y se olvidaran de los reinos de taifas.

Por otra parte la derrota del PP vendría bien para que se dieran cuenta que sus mayorías absolutas no eran un cheque en blanco y que, después de tantos años, merecen que sus devaneos con la corrupción y sus desmanes identatarios sean purgados para una reflexión interna.

Aunque la mejor opción que puede tener el PP bajo mi punto de vista es que se cree un partido valencianista para que puedan pactar. Si la bisagra fuera de este partido valencianista estoy seguro que la experiencia de UV serviría a estos políticos para no volver a caer en el error de antaño.

Sea como sea hay que hacer como en el judo, aprovechar la fuerza del contrario para beneficio propio.

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