Los coloquios en las fallas siguen en aumento. Pero como todo lo que se masifica, hay que aprender a seleccionar lo que de verdad puede aportarnos algo de lo que tan solo son algunas personas con ganas de hablar aunque a veces no sepan muy bien lo que dicen por su desmesurada obsesión sobre temas determinados. Hablar en un coloquio como ponente podría tener unos resultados de avance progresivo de los temas tratado siempre que fuese la razón la que imperase.
Ese avance va siempre relacionado con la cantidad de presentes que te escuchan y que van absorbiendo la idea planteada para ir evolucionando. Pero cuando la cantidad se reduce a los que habitualmente pueblan un casal fallero en esos coloquios, que no suele superar la cifra de 30 ó 40 en los casos mas optimistas, es difícil que pueda derivar en algo mas que un desahogo de quien expone su opinión sobre un tema determinado y cree que a partir de ahí ha colocado la piedra filosofal del tema que ha puesto sobre la mesa.
Desde Nuestras Fallas siempre hemos ofrecido a las comisiones falleras la posibilidad de grabarlos para que sean emitidos y así que la trascendencia de lo expuesto en esos coloquios, así como la voz de quienes participan, llegue a muchos oyentes que lo puedan escuchar y se pueda crear un debate mas popular.
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