Hay veces que a uno le gustaría cambiar muchas cosas.
Hay ocasiones en las que todo lo que está a tu alrededor lo analizas y, haciendo un balance, lo condicionas según tu estado de ánimo y de lo que te ha pasado el día.
Cuando las situaciones que tu piensas que están controladas se descontrolan no puedes por más que sentarte a pensar que te ha llevado a esa situación, que condicionantes han provocado que lo que estás viviendo haya llegado al momento que ha llegado.
Entonces, cuando te paras a pensar el por qué de de eso, también te preguntas el por qué de muchas cosas, si tienen algo que ver o no. Si la relación es casual o es provocada por circunstancias controlables o no controlables.
Hay veces que no sabes por donde pueden ir los temas. Hay veces que si, que te lo han dejado tan claro que no tienes que objetar nada. O mejor, no puedes objetar nada por que la razón es tan aplastante que te deja sin excusas ni argumentos.
Las cosas se van sucediendo una a una. Pero el conjunto de todas ellas es lo que al final crea un todo compuesto, cual células humanas forman un cuerpo, deuna imagen de todo en global, difícil de separa porque no hay límites ni fronteras.
Pues algo que estoy viviendo en estos días me lleva a reflexionar de esta manera y a pensar en todos los pasos que he dado respecto a este tema que a continuación voy a detallar.
Pero antes quiero decir que puede se que me escape algún detalle, algún nombre, alguna vivencia. No es mi intención. Pero me gustaría que os quedarais con la esencia del asunto.
En la noche del viernes 11-11-11 (que casualidad) me llegó esta inspiración tras ver, oír y escuchar tantas cosas que me sentí de una forma diferente, me sentí como que el trabajo realizado durante estos cinco años, mas los que estuve entrevistando antes a las fallas en su casal daba sus frutos. Ya los había dado varios años antes, pero ayer me vino esto a la cabeza.
Quiero desde aquí resaltar algo que siento desde hace mucho tiempo.
Quiero dar las gracias a las juntas locales en su conjunto y sin excepciones pues cada vez que hay un acto donde están presentes me hacen sentir parte de ellas. Me hacen ver como el sentimiento fallero que destilan me llega muy hondo. Igual que el sentimiento de valencianía y de admiración al cap i casal sin condiciones que se hace mas grande cada día con la aceptación que las falleras mayores y cortes que las vemos presentando o en tareas de mantenedoras y que son idolatradas por el público asistente a cada acto.
También resaltar con que veneración reciben a nuestras falleras mayores en ejercicio cada vez que hacen su aparición en el escenario o en la misma sala.
Todos detalles, todas las atenciones que cada una de ellas me ha brindado y toda la amistad que me han entregado, no puedo por menos que reconocerlo humildemente en estas palabras.
Me siento orgulloso cuando colaboradores como Ferrán Gil, por ejemplo, o Sandra García y Sergio Blanco mas recientemente, me reconocen que para ellos la hospitalidad y cariño con que somos recibidos en las juntas locales les llama la atención a la vez que les causa admiración.
Luego cuando ayer en Catarroja el presidente me agradece personalmente la asistencia como lo hicieron anteriormente los de Alaquas, Torrent, Puçol, Buñol, Turís, Paiporte etc. me llena de satisfacción.
Cuando el presidente de la JLF de Alzira me promete que vendrá a mi programa cuando venga a Valencia, cuando la Junta Fallera de Sagunto contó conmigo para ser jurado, o la de Alfafar me invitó dos veces a ser mantenedor, igual que en Albal y en Picaña, o cuando presenté por primera vez en mi vida en valenciano en Puçol, o anoche cenando con Benetuser y Benaguacil bromeabamos a cual de ellas iba a ir porque coinciden en fecha y hora, y lo atentos que son todos, unos por que me conocen desde hace tiempo y me recuerdan (algunos reconozco que a mi no me pasa igual, pero los recuerdo enseguida) y otros porque siendo recien entrados en sus cargos me abren las puertas de sus juntas locales de par en par, cuando sucede esto y mucho mas que no tengo tanto espacio ni quiero extenderme mas para no aburrir, las ganas que llegue una exaltación de junta local es grande y con ilusión. Y que me suceda esto cuando llevo tantas exaltaciones grabadas o vistas, me hace sentirme como parte de ellos.
Son muchas cosas mas las que podíamos recordar, y que intentaré hacerlo de una forma mas detenida.
Pero me gustaría que estas palabras sirvieran de reconocimiento conjunto del trato que me dispensan todas y cada una de ellas, de las juntas locales.
Pero este reconocimiento no queda aquí.
Se calca idéntico, pero idéntico, a las agrupaciones falleras de Valencia. En todas y cada una de ellas podría repetir las mismas palabras y los mismos sentimientos.
Unos y otros son la esencia de la fiesta y con ello me quedo.
Con estos cantos de sirena no me importa que las cuerdas que me amarraban al palo mayor se suelten y me imbuya de una sensación de cordialidad y amistad que reconforta cada vez mas y que refresca el devenir diarios de los temas falleros que a veces nos arrastran a pantanales sin salida.
Aquí las aguas son claras y transparentes. Se ve el fondo desde la misma orilla.
Luego sus cuitas internas son suyas como todo colectivo humano las tiene.
Pero por mi parte quiero seguir escuchando sin ataduras estos cantos de sirena.
Al principio decía que a veces me gustaría cambiar algunas cosas. Estas no. ¡Seguro!
Gracias agrupaciones. Gracias juntas locales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario