Aún tenemos en el recuerdo los hechos acaecidos en enero y la clara predisposición del presidente para que las fallas no presenten ninguna propuesta que no haya sido "controlada" desde Junta a pesar de que el Reglamento Fallero si que lo permite. El intento de asustar a los presidentes le dio resultado.
Y es que este presidente ha conseguido que los plenos y asambleas despierten un interés contínuo cuando antes era por temas puntuales. Siempre estamos esperando por donde saltará la liebre.
Pues bien, el martes tenemos Pleno. ¿Y que? Pues que siendo el último antes de marzo y viendo lo que vemos, nada. Lo que se decida por parte de la cúpula, o mejor, por parte de Paco Lledó y José Luis Vaello, junto con los "asesores" (que no sé si serán de los que sobrevivan a la escabechina de asesores que manda el Gobierno Central, cosa que, sinceramente no me preocupa, el argumento de que cada uno tenemos una familia que mantener no es solo para ellos, es para todos nosotros, quien suscribe y quienes me leéis, y nos buscamos la vida como podemos) será lo que se lleve a cabo. Si en el Pleno ya estaba todo controlado "por lógica", en la Asamblea también lo ha conseguido, al menos de momento.
Y me explico no se me enfade ningún componente del Pleno de Junta. A ver. Los vicepresidentes los pone el presidente, los delegados los ponen los vicepresidentes. Y muchos de estos delegados son lo que aún conocemos como delegado de sector. ¿Que quiere decir? Pues que yo no me veo en un Pleno de JCF a un delegado de sector rebatiendo un acuerdo de "su jefe" a favor de su sector.
Por eso digo que no se me enfade pues la culpa no la tienen ellos. Aún recuerdo las consecuencias de un delegado de El Carmen cuando se enfrentó a su vicepresidenta de festejos. Y es que el sistema no permite diversidad de opiniones mas allá de lo que diga la "Mesa"
Pero es que luego, en las asambleas, con esta "mesa" ya sabemos lo que pasa. Que nadie se le ocurra proponer algo que no haya pasado por el filtro gobernante que puede provocar un tsunami y ser acusado de que por su culpa en cada asamblea habrán 50 propuestas diferentes.
Aunque a lo mejor, visto así, igual se le daba una nueva imagen mas "movilista" a las fallas daado los comentarios que se derivan en algunos coloquios y/o debates, tanto en casales como radiofónicos. Que es verdad que es una pena que las grandes ideas de estos coloquios no se puedan llevar a los plenos ni a las asambleas.
¿Por qué esto no será para que no se vaya de las manos el poder y haga ingobernable de forma cómoda y tanto el presidente como sus asesores se tengan que poner el mono de trabajo? ¿No?
P.D. Igual alguno se lo pone y baja su humos prepotenciaríos en vista del peligro que corre sus emolumentos públicos, porque los propios partidos ya no son una panacea que enjugue la posible falta de ingresos fáciles.
El intento de asustar a los presidentes dio resultado. En la asamblea de marzo 2013, solo 117 asistentes. Y es que este presidente ha conseguido que los plenos y asambleas sean manifestaciones de subordinación. ¿Para qué ir si no se consigue sacar nada en claro? Que un presidente propone una votación para convocar un Congreso Fallero, vinculante o no vinculante (por aquello de no molestar a la cúpula), el presidente dice que no se va a celebrar un Congreso porque no hace falta un nuevo Reglamento Fallero. Este, salvo algún artículo puntual, nos va bien (a ellos) y los que no nos van bien, nos los saltamos antirreglamentariamente y a otra cosa. Que hay problema sobre uso de la banda en alguna comisión, que lo decida la propia comisión, y ¿si el acuerdo de la comisión, en el sentido que sea alguien no lo cumple?, JCF mirará para otra parte y que se apañen, aunque se acabe con el fin de la democracia: "El poder de la mayoría". Deseamos unas felices Fallas, como nos las deseó el Sr. Lledó, y esperemos a que pasen las fiestas josefinas para que la Presidenta Nata de JCF reflexione sobre este organismo autónomo local de competencia municipal.
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