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domingo, 28 de septiembre de 2014

ODISEA EN LA FONTETA


No voy a dar nombres por que no los tengo (y si los tengo me los callo de momento). Pero si hechos.
No voy a descalificar a nadie pues los hechos los definen.
No se quien ha sido ni quien no, pero si que se lo que ha pasado.

Antes, una breve explicación para situaros en lo que después voy a comentar.

En la exaltación de enero de 2014 en el Palau, en la reunión acostumbrada previa, éramos cuatro televisiones que íbamos a hacerla en directo.
El acuerdo fue que una de las cuatro ponía las cámaras y servía la señal “limpia” a las demás. Es decir, sin “mosca” ni publicidad ni comentarios. Así nosotros la personalízábamos. Para eso, el Ayuntamiento costeaba a la emisora el importe de la señal para que la distribuya a las otras tres teles. A eso se le llama señal institucional Y así se hizo.

Y estábamos esperando esa reunión, que suele ser entre 10-12 días antes de cada evento, para el acto de La Fonteta.
Y en esa tesitura estábamos cuando veía que la demora no era normal. Por lo que indagué y tomé una decisión.

Y voy cronológicamente de la forma mas breve posible.

Jueves 18.
Ante la espera incierta y viendo que nadie movia ficha, aviso que SI que voy a retransmitir en directo. Hablo con la televisión que pensaba que iba a montar y que así me confirmaron y se me dejó entrever que al ser mas de una, el Ayuntamiento (o la concejalía de fiestas) iba a costear igualmente el montaje de la televisión. Y esa era la sensación.

Viernes 19.
Para poder hacer la retransmisión necesito dos puntos claves, una toma de internet y la señal “institucional” de la televisión.
Pido internet al día siguiente.
Y vendemos la publicidad del acto aún pensando que estaba todo mas o menos claro.

Lunes 22.
Empiezo a notar titubeos. Me informan que casi seguro iba a ser yo la unica tele aparte de la que tenía que montar. Hago alguna llamada y me dicen que si, que otra tele iba a montar y que podría tener señal. Aunque nadie me asegura nada pues seguían en comunicación con el Ayuntamiento para que les costara los gastos.

Martes 23.
Por la mañana me acerco al pabellón, pues nadie me había dicho nada ni sabía nada pensando que todos daban por hecho que si que estaría en directo.
Me sorprende que la otra tele junto con la organización del evento estaban a pie de pista para coordinar todo. Aunque noto que mi presencia no gusta mucho, me quedo por allí viendo todo lo que pasaba para coordinar de que forma me iban a dar señal y donde me iban a ubicar. Desde la delegación de medios de Junta me dicen que la cabina de arriba era mi puesto, aviso que quiero dejar una cámara abajo para luego las entrevistas a las elegidas y me hablan de razones de seguridad para que tenga cuidad a la hora de tirar cables. Luego entiendo que si que voy a tenerlo todo. Y sigo adelante.
También me dicen que una persona del Ayuntamiento les había llamado para pedir los TC,s de lo que hubieran de ser acreditados. Llamo a esta persona y me dice que el no ha dicho nada de eso. Extraño, extraño.

Por otro lado me avisan de ONO que no puede instalarme internet pues no hay líneas libres en el pabellón. Aviso a Junta de lo que me pasa y me dicen que de la suya, por favor, no lo haga pues siempre tiene problemas para poder subir las fotos y retransmitir por la web.

Miércoles 24.
Me paso la mañana casi entera en el pabellón. Me reuno con responsables del Valencia Basket y me informan que de ninguna manera me pueden dejar pìnchar en su internet.
Consigo localizar al director del pabellón para ver si en su internet podía y la negativa es total con una frase que me dejó molesto: “aquí cada uno se trae su línea y sus cosas para retransmitir”. De nada sirvió que le explicara mi problema. La cosas se complicaba.
Aún así, envío las acredtiaciones a JCF para los compañeros. Les envío un correo con los datos de las 10 personas que necesitaba. No podía esperar.

Jueves 25.
Sobre el mediodía recibo algunas llamadas en las que se me informa que se va diciendo que Onda Fallera no va a retranasmitir porque la otra tele no me iba a dar señal cuando nadie me había llamado para decirme lo contrario.
Mientras tanto me llega que desde esta televisión habían llamado a otra que no tenía previsto hacerlo para que lo hiciera. Blanco y en botella... si la otra televisión si que lo hubiera hecho, el Ayuntamiento se hubiera visto obligado a costear el servicio, pues ya éramos tres (bueno, yo ya me había dado cuenta que no contaba).
Viendo que el el rumor iba creciendo, publico en facebook que si que iba a hacerlo, lo podéis ver en mi muro.
Intento hablar con alguien de la otra tele y no puedo hacerme con él hasta bien entrada la noche. Me confirman que le han dado orden de que no me pueden dar señal porque el Ayuntamiento, al ser yo solo quien iba a retransmitir, no costea la señal y no me la pueden dar. Luego los rumores venían desde donde venían y esa orden era clara que venía para que yo no lo hiciera. Pues de lo contrario no se hubiera difundido pues no habíamos hablado nada que dijera que no lo podía hacer. Por eso por la noche dejé escrita una pequeña frase diciendo: “no se si decir lo que pienso, o pensar lo que digo”.
Es decir, por la mañana se iba difundiendo que yo no lo iba a hacer porque la otra tele no me iba a dar la señal. Además, no se comunica hasta la media noche. Luego alguien ya sabía que no iba a tener la señal de la otra tele. Pues de lo contrario no lo difunden.
Estaba claro. Si me lo dicen por la mañana, aún puedo mirar opciones. Pero por la noche, ya no me daba tiempo de nada.

A todo esto me habían llamado de JCF que solo me acreditaban a 8 personas. ¿Solo a ocho? ¡Que esto es televisión!, que no es la radio y en la radio siempre me dabáis seis o siete, aquí necesito mínimo cuatro técnicos?
Pero... ordenes son ordenes.
No quise discutir.

Viernes 26.
Me pongo el mono de trabajo y con rabia contenida comienzo a mover hilos, tenía que resolver en una mañana los dos puntos claves.
Primero internet. Hago lo que tengo que hacer y espero durante la mañana. A las 12 del mediodía había puesto en marcha hasta tres posibilidades cuando el martes no tenía ninguna. Una de ellas inalámbrica que desconocía pues me puede servir para retransmisiones posteriores y es una buena forma de poder retransmitir (nuestra señal llega al repetidor por internet en lugar de radio enlace, mas económico y menos costoso de montar). Ya tengo en marcha la primera pega. Ahora a por la segunda. Por la mañana envío un whatssapp a una persona del Ayuntamiento y le pido que me mire lo de la señal institucional. Pero también hablo con una empresa y subcontrato dos camaras de calidad que me puedan dar servicio.
Se me comunica desde Junta que solo puede tener cámaras arriba, en el palomar donde estuvimos porque “la tele oficial” es la otra. Además, si hubiera podido tenrelas fuera, debería de haber presentado los TC de las personas que estuvieran fuera y el certificado de prevención de riesgos laborales. Pero todo el mismo día era imposible gestionar. La persona que subcontrato le explico lo sucedido y me dice que vamos a luchar para poder tener una retransmisión digna.
Ya tengo la primera cosa solucionada y la segunda en marcha, con o sin señal yo iba p'alante. Pero sin solucionar aún.
A todo esto, todos los días, por la mañana ocúpate de los temas comerciales y periodísticos y por la tarde aparece en pantalla con la mejor de las sonrisas junto a los compañeros.

Al mediodía recibo una contestación del whassap diciendome que “no hay señal institucional y que solo la otra tele se lo ha gestionado”. Es decir, que no podía hacer nada. Me dio la sensación que se esperó unas horas para no contestarme enseguida y no hacerlo descarado.

Cerca de las nueve de la noche, con la desazón propia del momento recibo una llamada milagrosa, una locución que me supo a gloria: “Le llamamos de Ono, le informamos que mañana entre las 9 y las 10 de la mañana un técnico se personará en su domicilio de la avenida Hermanos Maristas 16 de Valencia para instalar los servicios contratados, si está de acuerdo con la insatalaión diga SI”.
Buuuufffff, imagináos mi respuesta.

En un momento me había cambiado todo. Estaba entre feliz y nervioso.
Por eso a las 12 de la noche me vine a preparar todo para por la mañana ir al pabellón a montar. Si veis mi muro entendereis porque escribí lo que “Miedo e ilusiones”.

Sábado 27.
A las 8 me despierto y me preparo para ir a montar. Todo solucionado, el montaje fue perfecto, y a las 12 del mediodía ya estaba emitiendo en directo desde el pabellón, la señal que se veía ya era desde el ordenador que me llevé a La Fonteta. Incluso hacemos una entrada en directo y la prueba es un éxito pues Vicente Sanz, que me acompañó toda la mañana en el montaje, es quien se encarga de salir al aire para probar. Recibimos varias llamdas diciendo que lo habían visto y oído perfectamente y nos alegró mucho. Y estaba mas tranquilo y esperando impaciente.
Me voy a las dos y a las cuatro de la tarde vuelvo. No quería que fallase nada. Mi responsabilidad con la audiencia y los compañeros era total y me pasé desde las 10 de la mañana hasta que acabó el acto allí, con el paréntesis de las dos horas del mediodía para comer y asearme.

Comienza el espectáculo y con los nervios a flor de piel empezamos. La primera hora que es la de mayor tensión nos indican que muy bien y que al principio, los problemas de sonido iniciales se subsanan de inmediato y nos sale una primera parte aseada con un gran trabajo técnico de los cámaras y de Pedro Castedo a los mandos técnicos.
Durante la retransmisión me llegan que la otra tele iba con retraso. No sabía lo que pasaba. Me daba igual, yo me centré en estar atento a lo nuestro.
Por otra parte, empezamos a ciegas, no teníamos minutaje del acto por lo que no pudimos preparar planos ni nada, íbamos a ciegas teniendo que improvisar. Lo pedí y no se me pudo facilitar.
Por ello, cojo el mando de la realización y le digo a los compañeros de comentarios, Ferran Gil, Vicente Pardo, Natalia Climent y Mayte Lechuga que se hagan cargo de los comentarios mientras que Pedro se hace cargo del sonido y la publicidad y Vicente Sanz colabora como cámara ocasional con Manolo en la otra cámara. Aquí cada compañero arrimó el hombro en lo que hizo falta lo que me hace estar muy orgulloso de ellos.

Así durante el acto lo que falló en la realización fue de un servidor. Los cámaras iban haciendo lo que yo les decía y los cambios lo hacía yo, hacía lo que a mi como espectador me hubiera gustado ver.
Y así salimos, con tan solo dos cámaras, un ordenador una mesa de mezcla de sonido amigos. Con eso y una carga de ilusión grande os ofrecimos la retransmisión anoche. Ayuda externa, poca o ninguna como veis.

Pero mi indignación sube enteros con tres hechos principalmente.

El primero es que el pabellón tenía pantallas donde se veía el acto por lo que ¡SI QUE HABÍA SEÑAL INSTITUCIONAL! Pues esta señal estaba limpia como pudisteis ver los que estuvisteis en el pabellón. Es decir, sin “mosca” (el logo de la tele que corresponda” y sin publicidad).
Para el pabellón si que había pero para mi no.

Lo segundo fue la prepotencia de algún “compañero” de otra tele que avasalló a todos los que estábamos abajo para entrevistar a las elegidas sin miramientos.

Y lo tercero, además que se vio en la tele, es como desde la delegación de medios nos retiran del escenario para que vengan la cúpula de junta con los jurados ha hacerse la foto. Para nada sirvió que les dijéramos que aún nos quedaban cuatro chicas por entrevistar. La otra tele hasta que no acabó no se movió nadie. A nosotros y a otros medios nos ningunearon.

Hoy el cabreo no es solo mío con quien ya sabéis, es generalizado.

Repito, nosotros con dos cámaras, confinados en el palomar, con las dificultades que habéis leído, con el intento de ahogarnos, os ofrecimos lo que buenamente pudimos.

Al final la ilusión pudo a la sinrazón.

Y siempre, siempre, para nosotros, las protagonistas fueron las chicas. Nunca nosotros.

Solo tengo una palabra.

¡GRACIAS!
GRACIAS A TODOS LOS QUE NOS HABÉIS APOYADO Y NOS HABÉIS MANDADO MENSAJES DE FELICITACIÓN.

Y gracias a todos nuestros anunciantes que habéis creído en nosotros y habéis apostado por nuestro programa para promocionar vuestros negocios. Sin vosotros hubiera sido imposible hacer todo esto.


A pesar de lo acontecido somos felices.

P.D. Un mención muy especial para Gloria, mi mujer, que ha estado a mi lado y ha sufrido todo esto conmigo siendo mi consejera ideal animándome en los momentos difíciles.

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